Muriel
Esta historia no comienza
con formales arquetipos
ni con ejemplares discursivas
sobre la decantación de los principios
que impulsaron la continuación
de todo aquello que era cierto
y que tenía su razón de ser, Muriel.
Esta historia no es perfecta,
mis incrédulos cuadrantes,
me han herido las distancias,
lo preciso, lo tajante,
lo divino a lo divino,
lo humano a lo mundano,
se ha sumido en su misterio,
en su divisa, en su propia ambición real.
Esta historia es un pretexto bueno
para decir cómo fui
desenredando el frío mundo
que me toca por vivir;
esta historia es más que una esperanza
que se quiebra antes del fin
del último tiempo de la tierra,
de la vida en el jardín.
Esta historia no es sencilla,
no es preciosa, no es semilla,
es un instinto, es una rosa,
es una fábrica de la intención del cromosoma,
en fin, del último de los estilos
que perfilan la tendencia, la decadencia,
la autodestrucción total.
Marzo 28 de 1996.- Un día Jueves a las 13:06 hrs.-
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