Carrusel de sueños en avión
y quizás la ingravidez
nos lleva lejos
en alas de papel.
Giran los mundos dando la estación
giran relojes al revés
que todo lo que digo
no se fue.
Tengo recetas que curan el dolor,
tengo siluetas
que llenan al mundo de color.
Tantos y tantos extraños tan solos
que, cuenta la historia,
que colman al mundo viejo en flor.
Y aunque se sepa la verdad
de todo lo escondido
queda lo evidente por rastrear.
Si afuera está todo mal
por dentro la salida,
queda la palabra en su lugar.
Y nos vigilan en la obscuridad
las voces que no se ha atrevido a ocultar
ningún lugar.
Noviembre 22 de 1995.-
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