De lo personal a lo animal
en lo profundo los reflejos del sol
cayendo en el mar
diluyéndose, formando otro ser
en el filo de la espuma del anochecer.
En clave, la palabra,
se escribe al revés
y el revés de tu palabra
no se puede creer.
Y el deber de la inocencia
se perdió en la hipocresía,
se turbó la transparencia
en la luz de tu alevosía
por hablar.
Pero el día que acabó
enmarañado en la nostalgia
se quebró en la misma esquina
donde se quiebra la esperanza.
En lo personal y lo animal
en el espeso despoblado al fondo
de la amistad
mintiéndose, mutándose
en la misma melodía se oculta
el placer.
En clave, la palabra,
se escribe al revés
y el revés de tu palabra
no se puede creer.
Y el deber de la inocencia
se terminó con la avaricia
y el aroma de un regalo
que se pagó con tus caricias
y algo más...
Pero el día que acabó
enmarañado en la nostalgia
se quebró en la misma esquina
donde se quiebra la esperanza.
Enero 6 de 1995.-
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